Números que se mueven entre la desolación y el olvido.

Ausencias que se precipitan entre la angustia y la impotencia. 

Cifras que palpitan sobre los tanatorios cerrados, sobre los féretros sin nombre, sobre las oraciones sin dioses ni lágrimas.

Vidas desprendidas de vida que se han olvidado en las cunetas de las estadísticas, en los barrancos de la impotencia, en el vacío de la verdad nunca presentida.

Perdonadme.

Hoy sólo puedo ofreceros este silencio: el silencio de mi ignorancia.