A mis hermanos
El tiempo es una espiral imprecisa, innecesaria y transitoria.
El tiempo es relativamente estúpido, tan fugaz como infinito.
Es el tapón frágil de una botella de oxígeno abocada al vacío.
Un maratón de células que intentan apostar por la eternidad de la vida.
El tiempo y el amor nos encontró en las avenidas remotas de la esperanza.
Y aquí estamos, encadenados a la luz milenaria de un ombligo que sigue la ruta impredecible de un hilo de cristal.
La eternidad tiene la voz que emanan vuestros ojos sobre la eternidad incombustible de la memoria.
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