Para Alma
Sigo lanzando miguitas de pan para que nunca olvides el camino de vuelta a casa.
En estos tiempos de tormenta, he abierto todos los paraguas, recosido los chubasqueros y desplegado los toldos por si quisiera diluviar sobre el tejado de la memoria. A lo lejos asoman algunos nubarrones con sus fauces de incertidumbre hambrienta. Una atronadora ventisca de interrogantes viene cabalgando sobre las nubes desoladas del desaliento.
Sin embargo…
todos los días, a la hora precisa, justo antes de lanzarme a la aventura del insomnio, lanzo miguitas de pan para que nunca olvides el camino de vuelta a casa.
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