A Monterroso

Nos quedamos durmiendo con la esperanza de despertar en el paraíso soñado, añorado,enamorado.

La humanidad pluscuamperfecta, de nuevo.

Pero cuando despertamos, agitados por la mano imperturbable de Dios, nos dimos cuenta de que el dinosaurio seguía ahí.

Bienvenidos a la prehistórica luz del alma.