La gente empieza a salir a la calle. Tenemos demasiada prisa por volver a la normalidad. Pero ¿qué es la normalidad? ¿Lo normal era lo que vivíamos antes o, quizás, eso era lo anormal?

Tal vez fuimos aleccionados a seguir un método de vida en el que nos sentimos cómodos, a salvo, todopoderosos. Titanes en un planeta que se iba desquebrajando frente a nuestros ojos vendados por la codicia extrema. Pero eso no era lo normal.

Lo normal será pensar que somos más débiles de lo que creíamos, más inútiles de lo que la Tierra necesita, menos inteligentes de lo que pensábamos. 

Es momento de cambiar el rumbo, fijar nuevas directrices en nuestro mapa y reajustar la brújula. O quizás no. 

Es momento de ser normales. O quizás no.