
Ven, dejémonos la piel y hundámonos en el océano imprevisible de la eterna lascivia enamorada. Que ya empieza a ser demasiado tarde para estas noches de búsquedas interminables por el sur caótico de las lágrimas.
Ven, y ven tú, sin el artificio de las máscaras que ocultan las verdades imprecisas. Y trae contigo el fruto que nos inmortaliza y nos hace eternos sobre el breve segundo de la eternidad.
Ole! 🙂 te salio redondo.
Un abrazo
Gracias Noah. Un guiño erotico-festivo para el domingo. Un besazo grande.