Bienvenidos al hogar de mi alma

Etiqueta: amor (Página 1 de 7)

CANCIÓN

Aprovecho ahora el mutismo de tus párpados,

el descanso de tus acerados dedos,

el leve letargo de tu palabra…

Aprovecho este instante de reposo estelar

donde las tormentas se diluyen

en la suave claridad que nos contempla.

Aprovecho y te digo,

aun sabiendo que tú escuchas

las rítmicas baladas del sueño,

aprovecho y te canto:

«Amor, es inútil la luz sin tus besos».

Pájaros en la memoria (2007)

HOJARASCA Y HUMO

Se sentaron frente a frente

con los ojos cayendo como cataratas de vino

en un diluvio de deseo y costumbre.

Extendieron las manos

separando el enjambre de hojarasca

nacido en el último otoño.

El silencio era denso y el olvido perpetuo,

solo preguntas sin interrogante

levantaban oleadas de ausencia

entre el infinito acantilado de los cuerpos.

Otra vez el destino caprichoso

los unió al final del trayecto,

tenían demasiada sed para pedir agua…

Solo el humo encontró abrazadas

dos promesas de escarcha que nunca fueron ciertas.

Febrero – 2008

ME GUSTA LA GENTE, ME GUSTAS TÚ

«Contamíname, mézclate conmigo»

Pedro Guerra

Me gusta vivir entre la multitud.

Oler la humanidad que se mueve y no se rinde,

la misma que odia y ama a partes iguales,

la que se esfuerza por ser ella misma a pesar de las lluvias ácidas,

de los impuestos críticos y las mentiras burocráticas.

Me gustan los hombres y las mujeres que se inventan un beso cada mañana en la comisura de la esperanza,

un remiendo más en los bolsillos medio rotos,

o un halo de santificada promiscuidad en el encaje de las enaguas.

Me gusta la libertad de elegir.

Ese vértigo de saberse vivo en un laberinto de enconados rincones,

avenidas amplias como caudales de ríos enamorados.

Me gusta el aroma de los calendarios iguales.

De los festivos encarnados.

De las noches con saliva y pesadillas.

Del amanecer con sueño y sin tostadas.

Me gusta el olor del café con leche y el té con canela.

Me gusta el libre albedrío.

Me gustan los ángeles y los demonios.

El sabor del vino y el aceite de oliva.

Me gusta ser yo y, también,

me gustas tú.

LA LUZ SIGUE ENCENDIDA

A mi prima Conchi

Siempre hay una luz encendida al fondo del pasillo, en las rendijas de la ventana o en la puerta del horno.

Una luz que solo necesita alimentarse de luz, de alegría y esperanza.

Esa llama inolvidable que se desliza por las hogueras del alma y que se vuelve incandescente e imperecedera.

El latido que ahora ha dejado de ser música para convertirse en eternidad.

La luz sigue encendida.

Gracias por tanto.

Nos veremos pronto.

FLORES AMARILLAS

Hacía algo más de veinte días que no le visitaba.

Seguía en el mismo sitio. Estático y sonriente.

Piadosamente silencioso.

Esperaba la visita de nadie, como el que espera, paciente, la resurrección de la luz tras la bienaventuranza de la lluvia.

Me hubiera gustado quedarme a merendar con él , tomarnos un vino y discutir de política.

Pero solo me he atrevido a dejarle unas flores amarillas en la lápida.

Eran las que más le gustaban.

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