Los seres humanos somos lanzados al vértigo de la vida sin manual de instrucciones, sin máculas ni pecados, sin conciencia ni  valores, sin más sentimiento que la pura necesidad de supervivencia. Todo vendrá determinado según lo que recibamos.

Por eso a amar se aprende amando.

Gracias por estos 25 años.

Seguimos caminando, aprendiendo juntos.