Si te asomarás al crepuscular silencio que habita mis venas
podrías contemplar la orquídea desnatada que alienta los silencios,
el tímido sendero de sanguíneas avenidas
sembrado de olvido por los íntimos costados.
Un páramo desierto donde la esperanza naufraga
en el barlovento lírico de la vida fugaz, enigmática y diáfana,
ascua de lluvia que remansa verdades a medias
sobre un ígneo despertar de bocas hambrientas.
Si quisieras mirar más allá de mis ojos,
si quisieras…
si yo te dejara…
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