A Jesús Rubio Domínguez in memóriam.

«¡Vamos, tápate los hombros,

que se te asoman las alas!» 

Amado Nervo

 

Sucede que, de repente,

me han nacido alas.

De los costados, de la voz,

del corazón, de las nalgas.

Alas de terciopelo,

de algodón, de esperanza.

De los ojos, de las manos,

de la lengua, del estómago.

Alas de beso, de luz, de tierra.

Alas de culpa, de pecado.

Alas de púrpura y azucena.

Y sucede, de repente,

que voy por la calle

y nadie se da cuenta.