De repente hace frío.
En las esquinas del invierno se adormece un gato herido que buscara el llanto de la muerte en la frontera de los días festivos.
Hay un duelo de carámbanos disputándose las cortinas y un aroma de orondas castañas puebla el pasillo desde el que andamos con los ojos de puntillas.
Sólo el breve ronroneo de la delirante lavadora nos devuelve al antaño paraíso de los brazos desnudos y volvemos a soñarnos aves de abril que anidaran en la plenitud de los cálidos besos.
Pero ya hace frío.
Ese frío que lapida puertas y cancela persianas. El frío que entumece el vaivén de la memoria. Este frío que encharca de pereza los balcones enmohecidos de la esperanza.
Menos mal que aún sigues ofreciéndome tu manta.
Hace frio, un frio que entumece, un frio que saca dolores, que nos hace percatarnos de la existencia de zonas del cuerpo que casi desconocíamos, hace frio… pero el frio se supera, el frio se vence, el frio se aleja con el calor de un buen corazón, de una buena amistad, de amor, de ratitos sentados juntos con una mantita.
Si necesitais calorcito, venios para el sur.
Hasta aquí nos llega ese buen abrigo que nos ofreceis. Antes de darnos cuenta ya estamos encendiendo la estufa del cariño juntos. Besos grandes, familia.
Hasta al frio, lo calientas con tu buen hacer, maestra.
Un abrazo
Gracias por tu manta, Noah. Besos.
Hace frío pero este rincón está bien caldeado y da gustito entrar y quedarse un ratito.
Gracias a vuestras palabras y a este abrigo que siempre me ofrecéis sigue la estufa encendida. Un abrazo
Aqui todavia podemos ir medios abrigados,pero siempre estara mi corazon encendido para infundir calor a todo aquel que lo precise.
Tu corazón siempre está lleno de brasas calientes, así que se he agradece tu cercanía. Un abrazo.