Cambiar el calendario así, de repente.
Descolgar la foto de los gatos amorosos para plantar bambú en medio de la pared desierta y con desconchones de siglos.
Mirar hacia atrás con los ojos anegados de benevolencia para girar las cervicales hacia el camino que nos viene plagado de esperanza.
Tomar impulso.
Respirar tres veces e imaginarse alas allá donde el desaliento toma voz y se hace fruto.
Llenarse los bolsillos de fe, de luz gratuita, de latido y lluvia y volver a calzarse, nuevamente, las botas impermeables de la vida.
Os sigo esperando en el camino.
Ahí seguiremos. Feliz entrada de año.
Y yo feliz de que sigas aquí. Un beso, compañero.
Nos seguimos y nos vemos ¡Feliz 2012!
Querida Juana, nos vemos y nos queremos un año más… ¡¡y los que nos quedan!! Feliz vida.
Entre las plantas de bambú que continuen deslizandosen como salpicado rocio, tus hermosas y bellas palabras. Feliz 2012
Igualmente para ti, Pilar. Un abrazo y feliz vida.
Ojala el camino sea largo, y nuestros encuentros abundantes y alegres.
Feliz año, Sacra.
Un beso.
Felices días para ti, también, querida Noah.
Nos seguimos encontrando desde el cariño y la alegría.
Un abrazo grande.
Hola, vengo de tu blog anterior… y me recibió esta hermosísima entrada.
Sólo me dan ganas de decirte gracias… no sé, la foto, las letras, ¿todo?
Cariños desde Argentina 🙂
Gracias a ti por haber entrado en mi casa, que ahora también es la tuya.
Un abrazo inmenso.