No queréis que me moje.
Yo tampoco quiero hacerlo.
Pero mi abuelo me dijo: «el que no se moja no coge peces».
No queréis que me moje.
Hay un gris decrépito cayendo por las venas morales del mundo.
Se ha perdido el romanticismo de los sueños.
El respeto es el vocablo olvidado de todos los diccionarios.
Se está olvidando conjugar el verbo amar.
No queréis que me moje.
Pero mi indiferencia salpicará vuestro silencio.
Yo me arrojo a por peces en tu compañía. Te quiero