Bienvenidos al hogar de mi alma

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Versos azules para la niña Lola

Vienes nadando desde el ambarino paraíso de los besos desbocados y una legión de sirenas imberbes te traen en volandas hasta la costa azulada de la vida remota.
La primavera desciende para engalanarte de lluvia y hay un torrente de amapolas ingenuas que publican tu nombre sobre la hiedra que busca el sur de las manos.
Ya llegas sobre el aliento limpio de un horizonte de estrellas, en un barco de nácar sobre los brazos del viento, anhelado regazo de algodones y perlas.
Y extiendes tus alas sobre la fértil marea para iniciar el vuelo de los siempre vivos, de los eternamente susurrados en el amanecer del mundo.
Frutal y diáfana.
Transparente y precisa.
Candil enamorado del universo en tránsito que circula sobre un útero de espuma.
Rosáceo latido.
Toda tú. Toda vida.

Sólo el amor

                                      Feliz Cumpleaños
Al final la vida solo tiene una puerta de salida, aquella que conduce a dos caminos inequívocos, la muerte o el amor.
Dos senderos que llevan al silencio del paisaje visceral de la esperanza, elevándose en montículos de delirante energía.
Pero sólo uno de ellos puede ser compartido.
El resto es humo que se queda prendido en los malecones del olvido, en la asimétrica voluntad de los rascacielos, en el tétrico paisaje del desaliento. El resto, es aquello que divaga por los bolsillos entre la soledad ingrata de los botones perdidos.
Sólo el amor nos salva, amor, incluso de nosotros mismos.

Bob Marley y el amor

Tú dices que amas la lluvia, sin embargo usas un paraguas cuando llueve.

Tú dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando el sol brilla. 

Tú dices que amas el viento, pero cierras las ventanas cuando el viento sopla. 

Por eso tengo miedo cuando dices que me amas.

Bob Marley

Feliz San Valentón

Pues sí Marilove, que hay que ser muy valiente, en estos días, y en estos bolsillos, para celebrar cosas tan ridículas como el día de los enamorados. Porque dime tú a mí ¿Qué es estar enamorado?: ¿regalarte catorce ramos de rosas? ¿cenar en París a la luz de las velas? ¿llevarte de crucero por las islas griegas? ¿anillarte el dedo con un sortijón de cien mil quilates?…
Yo creo que el amor es otra cosa, y llámame práctica, roñosa o desromantizá. Primeramente porque esas chorradas sólo se las pueden permitir unos pocos, es decir, algunos políticos con la mano suelta, que en este país han pasado de ser servidores de la patria a comérsela entera ellos solos.
El amor es que me ayude a poner la lavadora aunque no le ponga suavizante, que si me pisa lo fregao me pida perdón, que me diga lo guapa que me he levantado hoy aunque las ojeras me lleguen hasta los tobillos, que me traiga los kleenex cuando estoy de bajón o se acerque al supermercado a comprar las compresas con alas en esos días difíciles.
El amor es ayudarle en sus deberes de inglés tardío, sorprenderle con una receta explosiva aunque el colesterol nos estalle, decirle lo guapo que está aunque no se haya afeitado en tres meses, ver juntos una serie de zombies aunque tenga que cerrar los ojos cada tres minutos o corear goles millonarios los sábados por la noche.
El amor no hay que celebrarlo un día solo porque, entonces ¿Qué haríamos el resto del año?… ¿soportarnos por obligación como nos pasa con los gobiernos?…
¿Ves?… si es que con los tiempos que corren mejor no celebremos nada y practiquemos más.

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