Es el momento de romper los espejos.
La era de mirarse la sombra.
El eco del silencio redimido.
Las pupilas vueltas hacia la cuenca del latido.
Es el instante de quebrar el narciso.
Ya no queda tiempo para demorarse en la memoria.
Ya no queda tiempo para estilizar el olvido.
Ya no queda tiempo.
Hemos llegado al fondo de la mirada ilusoria.
Es el instante,
el único instante de quebrar el narciso
.