Va por ti, Luis Leal.
Después de sobrevivir a una guerra con su lapidaria posguerra. Mil injusticias laborales y alguna que otra cornada de salud emocional.
Por fin, ahora, llega el tiempo del merecido descanso.
Pero la vida no da tregua.
Nos regala la felicidad mínima para no descabalgarnos de la esperanza.
Ahora, otra batalla. Otra batalla que vais a ganar. Que vamos a ganar.
Feliz día del padre.
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