Ahora quiero quedarme aquí,
llorándome hacia dentro,
sobre los zapatos,
entre las sábanas.
Desencadenándome en una tormenta
de imprecisos balcones.
Agrietada, infinitamente taciturna,
lejos del mundo y su memoria,
como flotando sobre el asfalto,
sobre el diario enigma
que me empuja a respirar.

de «La Revolución del Llanto»Editorial Torremozas (1994)