Burro y bomba siempre con be. Sal para la ensalada y azúcar para la leche. Cruzar en verde y cuando el muñequito anda. Las escaleras sólo de una en una. No hurgarse la nariz en público ni rascarse el trasero en presencia de extraños. No respirar más allá de lo permitido. Saberse de memoria los diez mandamientos y los mil artículos del código penal. Dejar de soñar con unicornios y flores. Cuando las normas acaban por ahogar la fantasía es el momento de llamar a los poetas.
CAMBIOS DE NOMBRE
A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas.Mi posición es ésta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.¿Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas!¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
Que los zapatos han cambiado de nombre:
Desde ahora se llaman ataúdes.Bueno, la noche es larga
Todo poeta que se estime a sí mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.
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