De vez en cuando escribo, pero todos los días junto letras.
Estoy enamorada del abecedario.
Me excitan las eñes, las eles erectas, esas pes redonditas que tan pronto se vuelven bes según les de el viento.
Soy dueña de mi amor y mis palabras.
Soy libre.
Escribo para desgarrarme la memoria,
desvirgarme la conciencia,
destartalarme el equilibrio.
Escribo cuando amo y se me olvida, e intento recordar lo que no siento, incluso cuando me suenan las pestañas en el vértice del desaliento.
Por fin he encontrado mi oficio.
Lástima que aquí sólo tengan hueco los políticos ladrones.
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