Por ti, por mí y por todas mis compañeras

La mejor experiencia de mi vida: ser madre.

La segunda: ser hija.

Apenas recuerdo mi primer beso, mi último orgasmo o las medidas del pastel con queso. Soy de memoria frágil. Pero de amor perpetuo.

Gracias a mi madre por quererme.

Gracias a mi hija por quererme, todavía.