Y así, frutalmente entregado,
buscando la luz más allá de las tímidas ventanas,
más lejos del cálido olvido.
Así, enraizado, por siempre,
en el ímpetu azul de mi esperanza.
Bienvenidos al hogar de mi alma
Y así, frutalmente entregado,
buscando la luz más allá de las tímidas ventanas,
más lejos del cálido olvido.
Así, enraizado, por siempre,
en el ímpetu azul de mi esperanza.
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