Para Antonio M. porque sé que me escucha
Así, moviéndonos en la delicada línea que evoca un suspiro.
Más allá del ínfimo espacio que invoca el silencio.
Deambulando entre la luz del olvido y la sombra del tiempo.
Así, lanzando dardos de premura constante,
eternidades envueltas en líricos hilos de plata,
llantos que engarzan las manzanas agridulces del presente.
Así, renaciendo sobre el asombro del mundo,
más allá del útero fugaz de los débiles alambiques del miedo.
Así, respirando sobre la eternidad del latido profundo,
lleno de vida, por fin… eternamente…
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