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Una comedia desarmada de artificio, sin sentido moralista y con la blancura extrema del que sueña irrealidades tan notorias como la vida misma.
El Grupo de Teatro de las Aulas de la Tercera Edad de Elda pondrá en escena «Alquilo habitación con vistas al mar», el próximo jueves, 22 de diciembre, a las 6 de la tarde en el Teatro Castelar de Elda.
Escrita y dirigida por la misma persona, es decir yo misma.
Se admiten aplausos, abrazos y besos (los malos rollos, si acaso, pueden ir haciendo cola en la esquina de enfrente).
Pintura | Salvador Dalí

Sólo nos separaron unos días, algunos quebraderos de cabeza, un estreno teatral y esa sensación de no llegar a tiempo a casi nada. Es esta multitud teatral, farandulera y eterna que no se pierde una fiesta y, mucho menos, una boda, sobre todo cuando viene doble.
Momentos que, al fin y al cabo, son como ese agua que viene cuando la sed necesita pozos y ríos de limpios abrazos.
Carasses Teatro

Llegó a mi vida como un huracán, una de esas inclemencias cotidianas que el destino te coloca al borde de un caramelo o en el mismo filo de una navaja. Siempre me han gustado los retos difíciles por eso, mirándola a los ojos, le dije que sí, que aceptaba el duelo. Después el tiempo diría quien había ganado.
Ganó ella, a pesar de mi incultura histórica, mi «descreencia monárquica» y mi poca fe en los papeles protagonistas. Y ganó porque fue una mujer enamoradamente-descorazonada, alegremente-triste, impúdicamente-secuestrada, virginalmente-lasciva.
Me robó el corazón y la palabra y me hizo brillar sobre el mar de las inclemencias donde se ahogan los personajes hechos a fuego sobre la sorpresa de la vida.
Quizás en otro siglo, sobre distintos escenarios, el azar nos encuentre abrazadas llorando el mismo llanto de amarga despedida.

Cuando mi madre me dijo que yo era la reina de su casa me lo tomé tan en serio que no he parado hasta conseguirlo. Después vinieron varias princesas y un príncipe para colmar la corte de bendiciones, griteríos varios y algún que otro soponcio maternal.
Ser la reina me está trayendo muchos quebraderos de cabeza y alguna que otra angustia vital y teatral, pero, ¿para qué negarlo?… me gusta el poder, sobre todo cuando es compartido y querido desde la misma entraña de la viscerabilidad.
Así que, próximamente, en los mejores teatros del mundo mundial, “Que me quiten lo bailao” con Carasses Teatro y no olvidar que: “Yo soy la reina”.
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