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Hoy la Reina está de fiesta

Hoy la Reina está de fiesta. Por fin los Borbones salen a las portadas de los periódicos para hablar de felicidad más allá de las fotos oficiales, las cacerías inoportunas, los accidentes balísticos o los bolsillos sin fondo de los consortes atrevidos. Hoy se ha hecho justicia para la casa Borbón.
Y es que, aunque no lo parezca, la tatarabuela andaba, cual espíritu incorrupto, pidiendo justicia sobre el desastroso legado de su memoria. Demasiada miseria institucional para una mujer que solo quería vivir y que le cayó la desgracia de la monarquía como una losa incombustible.
Pero hoy la Reina está de fiesta, y yo con ella.
Nos acaban de conceder el PRIMER PREMIO a la MEJOR ACTRIZ en el Certamen de Teatro «Siete Llaves» de la ciudad de Sepúlveda, en Segovia.
¡¡Larga vida a la Reina!!

27 de Marzo: DÍA MUNDIAL DEL TEATRO

 
 
Mensaje Internacional
 
Es un honor para mí el que el Instituto Internacional del Teatro ITI en la UNESCO, me haya pedido enviar este saludo al conmemorarse el 50 aniversario del Día Mundial del Teatro. Dirigiré mis breves palabras a mis compañeros trabajadores del teatro, mis iguales y mis camaradas.

Puede que vuestro trabajo sea convincente y original. Puede que sea profundo, emocionante, contemplativo y único. Puede que nos ayude a reflexionar sobre la cuestión de lo que significa ser humano, y puede que la reflexión esté guiada por el corazón, la sinceridad, la franqueza y la elegancia. Puede que superéis la adversidad, la censura, la pobreza y el nihilismo, pues muchos de vosotros estaréis avocados a hacerlo. Puede que estéis bendecidos por el talento y el rigor para enseñarnos todo acerca de los latidos del corazón del hombre en toda su complejidad, y la humildad y la curiosidad para convertirlo en la obra de vuestra vida. Y puede que los mejores de vosotros –porque serán solo los mejores de vosotros, e incluso entonces solo en los momentos más excepcionales y breves- conseguiréis formular la más básica de las preguntas, “¿cómo vivimos?” ¡Buen viaje!

JOHN MALCOVICH

Mientras quedan sueños

Querida MariIberia, cuando leas esto, seguramente, yo estaré camino a otras tierras. Lanzada al sur, como el viento de levante que despeina los flequillos y las playas de mis hermanos gaditanos.
Llevo poco en la maleta, con ponerme la corona es suficiente, si acaso un carmín, por aquello de lucir una sonrisa brillante.
Me gusta viajar y hablar, así que con el teatro he encontrado la forma de satisfacer mis anhelos a pares.
La carretera se nos muestra en el horizonte como un gusano de inquietantes destinos sabiendo que, más allá de aquellas colinas o de ese bosque de tejados, el mundo nos espera con la sonrisa abierta entre los desconchados bolsillos.
Me gusta hacer reír pero, también, meter el dedo en la llaga del pensamiento. Por eso, entre ser payasa y filósofa, me he quedado con lo mejor de ambos y me sueño actriz, eso sí, sólo sobre la delicada línea del afilado verbo hecho carne en la temeridad del olvido.
Ahora voy a tomarme una cerveza a tu salud, para que no vuelvas a decirme que el lugar de las mujeres de mi edad es la ensoñación etérea de lo que pudo ser y nunca ha sido. Hoy voy a celebrar contigo, y con tu tristeza, que sigo viva y, por lo tanto, libre de meterme en el sueño que yo quiera. Así podré decir como mi reina, cuando ya le estaba llegando la muerte, «¡Que me quiten lo bailao!».

La divinidad, el arte y la esperanza

Me estoy volviendo omnipresente.

Igual me convierto en diosa un día de estos. En etérea papisa, en reina incorrupta o en premio nobel condenada al exilio de los ataúdes vacíos.

Creo que me va a faltar vida para tanta explosión de júbilo.

Mientras tanto respiro y dilato mi agenda como un voluta de oxígeno enamorado.

Bendigo el instante en el que decidí ser tan distinta como yo misma y me persigno ante los altares del teatro y la poesía.

El mañana, como la eternidad, es sólo un punto suspensivo en el vértice de una lágrima, y ya no me quedan pañuelos ni calendarios para ahogarme en la autocompasión del latido.

Ahora dejadme que siga hilando hebras de esperanza sobre la vanidad de la ruecas rotas, que la ventana se me ha poblado de mariposas y tengo que darles luz y versos para que sigan volando hacia el segundo ínfimo de la melancolía.

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