Bienvenidos al hogar de mi alma

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DÍA 29: Cumpleaños confinado

Hoy tenemos fiesta en casa. Celebramos cumpleaños.

Detrás de la ventana abril sigue imparable. Un eco de naturaleza jubilosa se deja filtrar por entre las cortinas y las aceras desiertas, permiten escuchar el murmullo de la vida que va creciendo entre sus grietas. Un rumor de partos múltiples va abriéndose paso entre los calendarios miméticos, ensimismados en su propia desolación.

Sin embargo, hoy aquí, entre estas cuatro paredes, tenemos fiesta. Celebramos un año más de vida. De vida que no se detiene. De vida que merece la pena. De vida compartida.

Feliz cumpleaños, amor.

DÍA 28: Resurrección, o no.

Morir para resucitar, o no.

Sufrir para valorar, o no.

Mirar siempre al lado opuesto para evitar nuestro propio reflejo.

Observar el cielo para descuidar las huellas de nuestro camino.

Hoy es domingo de resurrección, o no.

Aquel hombre llamado Jesús ajusticiado por sus ideas revolucionarias, no regresó jamás, tampoco mi abuelo, ni los abuelos de mis amigos, ni todos estos abuelos que hoy están muriendo en la soledad de sus habitaciones vacías.

Dejemos de mirar el cielo para volver la vista a la tierra.

Hoy es el momento, o no.

DÍA 27: El día de mañana

El día de mañana, cuando nos digan que por fin podemos tocarnos, el abrazo será de tal magnitud que abarcará el universo fluvial de las esencias, la fosforescente plenitud de los silencios, la perpetua arrogancia de los latidos.

Y será tan intenso que desbordará el horizonte con un millón de barcos, los mismos que estuvieron encallados en el puerto del silencio estos días, días eternos que parecen siglos, siglos dilapidando la inmortal soberbia del ser humano.

Y después del abrazo vendrá el beso. Ese beso que brota sobre el manantial ingenuo de la perfecta derrota, del vencido colapso de la memoria, de la entrega total y definitiva. Ese beso que romperá la barrera del sonido con el cántico celestial del deseo renacido.

El día de mañana. Mañana mismo.

DÍA 26: La primera línea

Recuerdo el día que escribí la primera línea de un poema. 

El momento en el que me leyeron la primera línea de la mano. 

La primera línea dibujada en los labios o la primera línea en el informe ginecológico de mi embarazo.

Las primeras líneas se recuerdan siempre y son cruciales para seguir viviendo, y sobreviviendo, sobre el descarnado desaliento de la desmemoria. 

Yo recuerdo tu primera línea en la entrada a esta vida.

Y ahora, tú estás en la primera de tantas otras.

No olvides que nuestra primera línea eres tú.

Te queremos!!!! 

 

DÍA 25: Vacaciones en casa

¡¡Empiezan las vacaciones!!

Acabo de preparar la maleta, este año me llevaré lo justo: 

  • unos cuantos delantales para estar siempre limpia en la cocina;
  • un par de pijamas calentitos, me han dicho que quizás vuelva a llover y bajen las temperaturas;
  • jabón de manos, alcohol, máscarillas y guantes desechables;
  • pasta de dientes,
  • diez paquetes de kleenex y
  • un termómetro.
  • Tampoco voy a olvidar un lápiz labial, el de rojo más intenso, como no puedo besar a nadie me durará hasta más allá de la madrugada. 

He contratado un paquete multi-aventura, me gustan los riesgos, pero no sé si seré capaz de superarlos en tan frágiles instantes. 

De momento ya estoy haciendo algunas prácticas como entrenamiento máximo:

  • He puesto dos lavadoras sin suavizante.
  • Un pellizco más de sal en los guisos.
  • Cometo varias faltas de ortografía cada día, (ésto es sólo por sentirme en una edad juvenil que ya no merezco.)
  • He dejado de informarme sobre el coronavirus durante 24 horas.
  • Intento respirar lo justo pero, a menudo, se me va el pulmón y me excedo con el oxígeno.
  • Hace 5 horas, 10 minutos y 20 segundos que no he pasado la fregona con lejía. 

¡¡Por fin son vacaciones!! 

Hoy empezaré la ruta visitando las frondosas cataratas del cuarto de baño. Mañana, Dios dirá.

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