Quiero estar así: estática y magnánima.
Así: ambiguamente emocionada
sobre la desnudez del mundo y su desaliento.
Vestida para el triunfo de la vida,
más allá del fugaz incendio de la muerte.
Levemente etérea sobre el alfeizar de los verbos sin tiempo,
de los adjetivos sin luz ni memoria.
Quiero estar así: serenamente descendida
hacia la emoción primitiva
de la libertad que nos eleva sobre el lecho y el musgo
de aquel beso primero en la soledad del llanto.
Quiero ser ese relámpago de añoranza
que se queda prendido en la memoria de los amantes huecos.
Y al final, ser-siendo,
elevarse sobre la fragilidad del silencio
para perdurar más allá de las eternidades con sabor a lluvia.