Me gusta que me pregunten.
Me gusta responder.
Adoro sentirme como una voluta de humo que acaba disipándose en el eterno éter de la luz.
Quiero ser responsable de mi voz y mi palabra, de mi presente y mi pasado, del futuro que dejaré a mi hija y a los hijos que vengan poblando las inciertas tormentas de la Tierra.
Yo tengo derecho a responder.
Yo tengo obligación a decidir.
Yo tengo voz.
Voz.
Voz y palabra.