Bienvenidos al hogar de mi alma

Categoría: Genio y figura (Página 1 de 13)

ROSALÍA DE CASTRO CUMPLE 187 AÑOS

Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco; pero es algo
que perdí no sé cuándo y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.
Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire, ni en el cielo,
¡aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!

85 AÑOS SIN ANTONIO MACHADO

Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Desierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

40 AÑOS SIN CORTÁZAR

Julio Florencio Cortázar

26-agosto-1914 Ixelles, Bélgica

12-febrero-1984 París, Francia

EL DIARIO A DIARIO

Un señor toma el tranvía después de comprar el diario y ponérselo bajo el brazo. Media hora más tarde desciende con el mismo diario bajo el mismo brazo.

Pero ya no es el mismo diario, ahora es un montón de hojas impresas que el señor abandona en un banco de la plaza.

Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que un muchacho lo ve, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas.

Apenas queda solo en el banco, el montón de hojas impresas se convierte otra vez en un diario, hasta que una anciana lo encuentra, lo lee y lo deja convertido en un montón de hojas impresas. Luego se lo lleva a su casa y en el camino lo usa para empaquetar medio kilo de acelgas, que es para lo que sirven los diarios después de estas excitantes metamorfosis.

Historias de Cronopios y de famas

NADIA ANJUMAN

  

Indagando en la triste realidad de las mujeres de Afganistán, me encontré con NADIA ANJUMAN, activista feminista y poetisa. Una mujer que, con la llegada al poder de los talibanes, tuvo que abandonar sus estudios, disfrazarse con un burka y someterse a los dictámenes de un marido que no había elegido. Fue asesinada por su esposo a los 25 años.

Como legado y testimonio de una vida abocada a la injusticia y el dolor constante, nos ha dejado sus versos. Versos que hoy revolotean pidiendo ser liberados de su enclaustramiento.

NO DESEO ABRIR LA BOCA

Nadia Adjuman

No deseo abrir la boca

¿A qué podría cantar?

Yo, quien es odiada por la vida,

tanto da cantar que callar.

¿Acaso debo hablar de dulzura

cuando siento tanta amargura?

Oh, el festín del opresor

me ha tapado la boca.

Sin nadie a mi lado en esta vida

¿A quién dedicar esta dulzura?

Tanto da hablar, reír,

morir, existir.

Yo con mi soledad forzada

con mi dolor y mi tristeza.

Nací para nada.

Mi boca se debe sellar.

Oh mi corazón, ya sabe que es primavera

el momento para celebrar.

¿Qué debo hacer con un ala atrapada?

Así no puedo volar.

He estado callada por demasiado tiempo

pero nunca olvidaré la melodía,

que no paro de susurrar.

Las canciones que brotan de mi corazón

me recuerdan que algún día

romperé la jaula.

Volar de esta soledad

y cantar con melancolía.

No soy un frágil álamo

sacudido por cualquier viento.

Soy una mujer afgana,

entiéndase mi queja.

Estoy enjaulada en este rincón

llena de melancolía y pena…

Mis alas están cerradas y no puedo volar…

Soy una mujer afgana y debo aullar.

29 miradas

MI PADRE SE HA IDO DE VIAJE

A la vida se le ha ocurrido, de repente, mandar a mi padre de viaje.

Nadie lo esperaba.

Ni siquiera había desempolvado la maleta del armario, planchado las camisas o bordado sus iniciales en los dobladillos de la memoria.

Los ojales aparecían descuidados buscando botones despistados. Las cremalleras no sonreían y un pespunte de acelerada tristeza creaba vainicas dobles entre el sabor de vainilla y el crujiente de chocolate.

Se ha ido de repente.

Con la velocidad de la luz.

Nadie nos avisó.

Hemos quedado huérfanos sobre la distancia permeable del recuerdo.

Sobre la inmortalidad permanente del olvido.

Adormecidos en la vigilia eterna de los siempre vivos.

Mi padre se ha ido de viaje sin maleta y sin avisar.

«Desnudo como los hijos de la mar«.

Sólo vestido de amor.

Espéranos. Nos queda suspiro y medio para reencontrarnos.

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