Bienvenidos al hogar de mi alma

Categoría: Cosas de la vida (Página 3 de 6)

LA FOSA COMÚN

Ya lo verás.

Al final todos iremos a la fosa común.

Con los paliativos precisos de un amor distorsionado, permitido, olvidado o, casi, presentido.

Somos hijos e hijas del amor y del insomnio, o quizá no.

O tal vez también.

Podemos ser el eco perdido de una mentira que gravita sin rumbo buscando una verdad que nunca será cierta.

Si estamos muertos o vivos da igual.

Lo veremos en el fondo de la última sílaba de una sinalefa.

Es el destino desatinado que nos empuja al infinito.

No lo dudes, amor.

Todos iremos a la fosa común.

FLORES AMARILLAS

Hacía algo más de veinte días que no le visitaba.

Seguía en el mismo sitio. Estático y sonriente.

Piadosamente silencioso.

Esperaba la visita de nadie, como el que espera, paciente, la resurrección de la luz tras la bienaventuranza de la lluvia.

Me hubiera gustado quedarme a merendar con él , tomarnos un vino y discutir de política.

Pero solo me he atrevido a dejarle unas flores amarillas en la lápida.

Eran las que más le gustaban.

SANTA BÁRBARA BENDITA

Santa Bárbara de Francisco Bayeu

Y de repente truena y aparece Bárbara.

Lo mismo te ofrece un paraguas, una muleta, la prueba del covid o una linterna para la esperanza.

Ella es así.

Magnánima y silenciosa. Una Mary Poppins del siglo XXI.

Como las estrellas que brillan corazón adentro, inmensas en la eternidad de su luz pasajera, eterna, infinita como el beso de un sueño imperecedero.

Si no existieras habría que inventarte.

Feliz Cumpleaños

MENOS ES MÁS

+Para que nuestros seres queridos reposen en paz es necesario elegir la mejor lápida.

-Algo sencillo.

+¿Mármol, granito, porcelana? ¿Un paisaje de fondo?

-Algo sencillo.

+Tenemos Cristos crucificados, todas las Vírgenes y los mejores paisajes del Caribe que resultan la mar de emocionantes.

Mi padre nunca fue al Caribe.

+Ni Antonia tampoco pero mira qué preciosa queda su memoria inmortal sobre las clarísimas aguas del Niagara.

-Nos gustaría ponerle unas palabras.

+Aquí tengo una libreta de versos inmortales, inmemoriables y, también, prescindibles.

Gracias. Traemos las nuestras recién horneadas. Huelen a madalenas de leche y a rollos de anís.

+Las palabras son importantes pero… poca cosa. ¿Unas flores? ¿Unas palomas abrazándose por las alas de la memoria?

-Es suficiente. Menos es más.

+Son 600 euros.

Miré a mi hermano sin mirarlo.

Bolón se quedó mimético entre las rendijas de la persiana.

Pequeñas historias crean interminables mundos.

Los mundos infinitos de la memoria.

Y … ¿AHORA?

Y… ¿Ahora?

¿Qué hago con el corazón?

¿Cómo recompongo sus astillas?

¿De que forma modelo el barro roto, la porcelana perdida?

¿Quién restaurará los espejos?

¿En que orilla de río sin cauce me miraré sin verte, me veré sin mirarte?

¿Sobre qué cima abandonaré las alas, como quien olvida la maleta en una estación sin trenes ni memoria?

Y… ¿Ahora?

Y… ¿Mañana?

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