Bienvenidos al hogar de mi alma

Mes: diciembre 2016

El amor en los tiempos sin tiempo

Tengo una profesión tan maravillosa y tan voluble que, cada día, se inventa con una denominación nueva.
He dejado de ser, por un día, «Hacedora de versos» para convertirme en «Encontradora de tesoros».
Pertenezco a esa humanidad que no desiste ante las adversidades,
que se crece ante las negativas,
y se enamora por el simple placer de criar un huracán de mariposas estómago adentro.
Soy miembro de una raza extraña.
Pero no estoy sola.
La vida nos regala amor todos los días.
Sólo es necesario mirar con los ojos despiertos de la esperanza.

 

Vivir sin ruido, morir sin muerte

A Pepe Hernández en su vuelo

¿Tenía que ser hoy, Pepe?
Precisamente hoy que acaban de tomar la primera comunión las salvias del invierno.
Precisamente hoy que se transparenta el horizonte tras las higueras y los almendros desnudos.
Precisamente hoy que las semillas de la luz esperaban tu vuelta
sobre el surco impoluto de la tierra dormida.

¿Tenía que ser hoy, Pepe?
Hoy que hemos planchado las cortinas del viento,
almidonado la esperanza en los fogones,
remendado las perneras a esos intrépidos jilgueros
que aún buscan el aliento primero de la enconada lluvia de esa lejana primavera.

Hace falta mucho amor para regalarlo a manos llenas,
mucha generosidad para vivir sin ruido, sin humo, casi sin espacio.
Es así como te has ido así, en silencio,
llenándolo todo con un paraíso de vida sin muerte.

Espéranos.