Bienvenidos al hogar de mi alma

Mes: octubre 2011 (Página 3 de 3)

Amanece sobre el mundo

 

Abro los brazos y abarco el mundo

y me lleno de pájaros azules la mirada del viento

sobre el alfeizar inmundo de los días iguales.

Me visto de brisa azul,

de tiempo detenido en la lontananza del deseo

de clamorosos rictus entre alas y besos

que inician el sendero del imposible viaje.

Acaba de amanecer sobre el eco del tiempo

y el llanto se desvanece

enredado en las cortinas de la adormidera marchita,

más lejos de la íntima raíz silenciosa

que alumbra soledades sobre los pozos ciegos.

El horizonte recién se ha peinado de aurora

y yo estoy aquí,

esperando un milagro que nos devuelva la sed

sobre este imperio de esperanzas rotas.

He vuelto

 

Pues sí Mariasanta que ya he vuelto. Igual pensabas que había dejado este vicio mío de enredar palabras, hilvanar sílabas o adobar las tildes entre sofritos y remiendos, que es verdad que entre unas cosas y otras se nos pasa el día y la noche nos ataca por la espalda sin avisar siquiera, pero ¿qué quieres que te diga?… igual que siempre se sacan unos segundos para robar un beso, colarse en una pastelería o cruzar la calle con el semáforo en rojo, yo encuentro ese espacio íntimo y vacío, para llenarlo de improperios varios, pensamientos dobles o enconados gritos de rabia infantil enamorada. Que una ya no está para ir desperdiciando el tiempo y querer ganarle una batalla al calendario, ni para enredarse en trifulcas endemoniadas con el estrógeno y la libido, ni siquiera para permanecer intacta en los álbumes familiares, donde siempre parecemos unos recién condenados a muerte. Hay que sacarle partido a la luz, al latido y la memoria para dejarse llevar por esta marea de lluvia inicua que nos hace soñar, todavía, con eternas revoluciones llenas de claveles y mariposas. Que sí, Marisanta, que he vuelto y esta vez, por más que te pese, para quedarme entera.

 

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